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Discurso de Gabriel Boric
Montevideo, 7 abr (EFE).- El creador del movimiento de consumo alimentario sostenible Slow Food, el italiano Carlo Petrini, afirmó hoy en Montevideo que «el mundo actual ha caído en la pornografía alimentaria», a la que definió como una concepción de la gastronomía como «espectáculo».
«La gastronomía es todo lo relacionado con el ser humano que come, y tiene mucho de física, química, biología y genética, pero también de historia, identidad, economía y política», aseguró en un acto de presentación del movimiento Slow Food en Uruguay.
Esta iniciativa internacional persigue una producción y consumo sostenible de alimentos que no perjudiquen al medio ambiente, sean saludables para el consumidor y den al productor un trato digno.
Por el contrario, según dijo Petrini, el sistema alimentario actual hace que se pierda la fertilidad de la tierra, desprecie al productor y privilegie la estética del producto por encima de la calidad.
«Hemos perdido la sacralidad de la comida. Ya no le tenemos respeto, y el sistema sólo da valor al alimento a través de su precio. El precio transforma la comida en mercancía», expuso.
El escritor italiano criticó además la pérdida de biodiversidad y la desaparición de especies que no son rentables para la industria alimentaria y lamentó «el actual desperdicio de alimentos, de proporciones bíblicas».
«Nunca antes en la historia se había hablado tanto de gastronomía, y nunca antes ha habido tanto desperdicio. Producimos alimentos para doce mil millones de personas, y somos apenas siete mil millones, un millón y medio de los cuales pasa hambre», recalcó.
También cargó contra un sistema que prefiere importar los alimentos del extranjero, con altos costes ambientales y materiales, en lugar de producirlos localmente con las materias primas de que dispone el país.
«Con la cantidad y calidad de vacas y ovejas que hay en Uruguay, podrían producirse fantásticos quesos, en lugar de importar el parmesano de Italia o el camembert francés», ejemplificó.
Petrini se refirió además a las grandes extensiones de terreno del interior uruguayo destinadas al cultivo de soja para la exportación y de eucalipto para la industria papelera.
«Si estos cultivos van a destruir al pequeño productor local será una locura increíble», enfatizó.
Por otra parte, valoró positivamente el sistema de trazabilidad del ganado vacuno implementado en Uruguay, que permite realizar un seguimiento de toda la vida del animal, y alabó la iniciativa de etiquetado obligatorio de los productos transgénicos.
«Todo lo que sea aportar más información al consumidor ofrece una ventaja», afirmó.
En Uruguay se producen al año el doble de muertes por enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y oncológicas que en el promedio de la región.
Muchas de estas enfermedades están relacionadas con una alimentación poco saludable, según informó el director de Salud de la Intendencia Municipal de Montevideo, Pablo Anzalone, durante la conferencia de Slow Food.
Anzalone adelantó además que algo más de la cuarta parte de los adolescentes uruguayos padece sobrepeso, mientras que un 1,5 % de ellos reconoce que pasa hambre por falta de alimentos en el hogar.
«La malnutrición por exceso y por defecto es un problema de salud que refleja las profundas desigualdades que aún existen en nuestro país, y que debemos combatir», concluyó.