jueves, 10 de septiembre de 2015
Gobierno uruguayo pide a sirios acampados en la calle que vuelvan a sus casas

Montevideo, 10 sep (EFE).- El Gobierno uruguayo pidió a las familias sirias que el país acogió como refugiadas en octubre de 2014 y que cumplen hoy cuatro días acampadas frente a la sede del Ejecutivo pidiendo facilidades para irse de país, que vuelvan «a sus hogares» en Uruguay, con especial «preocupación» por los niños.
Los refugiados aseguran que seguirán en la céntrica plaza de Independencia de Montevideo luego de que no prosperase una reunión mantenida este miércoles con miembros del Ejecutivo y que no lograsen que se les facilite la salida del país rumbo a Líbano.
«Representantes de las familias sirias fueron recibidos por el prosecretario de la Presidencia de la República, Juan Andrés Roballo, quien escuchó sus planteos», explica un comunicado divulgado por la Presidencia de la República.
«Alguna familia reiteró su voluntad de radicarse en otro país, a lo cual se dejó en claro que la posibilidad de viajar no depende de la voluntad del Gobierno uruguayo, sino de las políticas migratorias de terceros países», indica el texto.
Los refugiados, que llegaron a Uruguay en octubre de 2014 por decisión del expresidente José Mujica (2010-2015), solicitan que se les facilite el dinero del pasaje para trasladarse a otro país, principalmente Líbano, así como un pasaporte que les permita una mayor movilidad que el «documento de identidad y viaje» que les concedió el Ministerio de Relaciones Exteriores uruguayo.
Aseguran que Uruguay es un país caro y que las ayudas que reciben no les aseguran un futuro digno.
En este sentido, el Gobierno incide en que «los exhortó a volver a sus hogares (en Uruguay) resaltando -en particular- su preocupación por la presencia de niños y niñas en la plaza Independencia», que no se libró en las últimas horas de las lluvias y las bajas temperaturas.
El comunicado añade que «entre tanto, el Gobierno se comprometió a seguir trabajando en la situación particular de cada familia».
Las cinco familias estuvieron acogidas en un campamento libanés para refugiados antes de llegar a Suramérica y consideran que sus posibilidades de futuro en el país árabe son mayores que en Uruguay, donde estiman que el costo de la vida es muy caro.