miércoles, 5 de agosto de 2015
La integración es la «batalla más importante» de Latinoamérica, dice Mujica

Montevideo, 4 ago (EFE).- El expresidente de Uruguay José Mujica dijo hoy en Montevideo que no hay «ninguna batalla más importante» para el porvenir de América Latina «que la integración», que requiere «voluntad política» para que el continente enfrente desafíos «muy grandes» en un mundo polarizado.
El estadista sostuvo en una sesión del Comité de Representantes de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) que la falta de integración «es una tragedia», ya que el mundo actual, en el que «fracasaron las reglas comerciales» se está organizando «en gigantescos polos».
«Tenemos que encontrar fórmulas para defender nuestro futuro. De lo contrario somos hojas al viento en ese mundo de mastodontes y no hemos tenido la capacidad de transmitirle esto a las grandes masas. Las convocamos para que nos voten pero no las educamos, no las formamos», expresó Mujica.
Para el exmandatario, «el viejo estado nacional» no puede «acogotar» a los países cuando la lucha es la integración, que «significa cambios culturales» y que implica una pelea «difícil», con desafíos «muy grandes» y sin «un triunfo a la vuelta de la esquina».
Mujica comentó que se reunió con el Papa Francisco «para pedirle que le ‘pudriera’ la cabeza a los presidentes latinoamericanos (…) para que pongan atención en el fenómeno de la integración», porque «sabe cómo piensa» el prelado latinoamericano, que para el senador uruguayo «tiene un discurso de agitación por toda América».
En mayo, Mujica se reunió con el sumo pontífice, con motivo de un viaje personal de dos semanas por España e Italia luego de dejar la presidencia del país suramericano.
En la sesión extraordinaria de la ALADI se abordaron las perspectivas de la integración vistas desde Brasil y Uruguay, con la participación de Marco Aurélio García, asesor especial para Asuntos Internacionales de la presidencia de Brasil.
El político brasileño coincidió en la necesidad de que el continente aborde la integración como un tema prioritario en el contexto de «región balcanizada», con «dinámicas nacionales que no se pueden reducir a un denominador internacional».
En ese sentido, puso como ejemplo movimientos como el «cardenismo» en México, el «aprismo» en Perú, el «peronismo» en Argentina, el «chavismo» en Venezuela o el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil, que son experiencias con «fuerte contenido nacional», no excluyentes del fenómeno de la integración.
García explicó que la caída en el precio de las materias primas, junto con la recesión de EE.UU. y de Europa son factores «exógenos» con los que la región se enfrentó a partir de la crisis global financiera de 2008.
Para el brasileño, eso lleva a que su país se esté enfrentando a los límites de las políticas de «tipo keynesiano» aplicadas a partir del 2003, con el inicio del primer gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (PT), que a su entender tuvieron un «efecto positivo» en el crecimiento a partir de políticas sociales y de rentas.