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Discurso de Gabriel Boric
Álvaro Blanco
Toronto (Canadá), 22 jul (EFE).- La atleta uruguaya Deborah Rodríguez, medalla de bronce en los 400 metros vallas de Toronto 2015, tiene claro que más allá del triunfo deportivo su principal aspiración vital es ser mejor persona y un ejemplo positivo para los jóvenes.
«Lo más importante no es el resultado que obtuve como deportista sino que esto es un valor como persona, que es lo que yo siempre intento, ser mejor persona todos los días, porque sé que soy un ejemplo a seguir y sé que mucha gente se apoya en mí», dijo a Efe una Rodríguez emocionada tras lograr el bronce.
La joven atleta, de 22 años, confía en que este éxito contribuya en ese objetivo y le permita «ayudar a otras personas a tener resultados deportivos y que se sientan inspirados» en su figura.
«Gracias, gracias, tú fuiste la persona que confiaste en mí, gracias», decía Rodríguez, deshecha de emoción, mientras abrazaba a su entrenador, Andrés Barrios, nada más acabar la prueba al tiempo que los aficionados gritaban «¡Bien Deborah, vamos Uruguay!».
Rodríguez, natural de Montevideo, explicó que estaba «desencajada» porque estaba «compitiendo con chicas mayores», pues era «algo impensable» para ella ser ya medalla panamericana a su edad.
Más allá de su entrenador, sus dedicatorias tuvieron unos destinatarios principales, su familia, que para ella es su «todo» y le inculcaron el amor por el deporte. Su madre fue atleta y su padre jugador de fútbol, al igual que uno de sus hermanos.
Logró la medalla en un viaje que no comenzó bien. Debido a un retraso en su vuelo esta joven atleta y modelo no pudo ejercer de abanderada de Uruguay en la ceremonia de inauguración tal y como estaba previsto.
«Un viaje muy complicado desde el principio. Todo estaba medio en contra, pero soy de las que me gusta darle para adelante y generalmente las cosas negativas me dan empujones para seguir», explicó.
Sobre la carrera, indicó que tuvo momentos de duda, pero que ante esta situación sacó lo mejor de sí misma para lograr la primera medalla panamericana de bronce en esta modalidad para Uruguay.
«Hubo un momento que la pifié en una valla y pensé que había perdido la medalla de bronce, pero realmente lo di todo hasta el final», indicó.
Dijo que afortunadamente pudo hacer lo que tenía previsto y «disfrutar la prueba» y destacó que como corredora también de 800 metros tiene una mayor capacidad de «recuperación» que alguna de sus contrincantes en el mismo día.
Para las próximas semanas tiene que seguir entrenando para lograr la marca mínima para los Juegos de Río 2016 y participará en el Mundial de Pekín, que se celebra entre el 22 y el 30 de agosto, en las pruebas de 400 metros vallas y la de 800 metros planos.