lunes, 24 de agosto de 2015
Los uruguayos bailan hoy al son de la nostalgia, algo latente en su ADN

Juan Ignacio Mazzoni
Montevideo, 24 ago (EFE).- Los uruguayos festejan hoy la Noche de
la Nostalgia, una tradicional celebración en la que miles de
personas mueven sus pies en las pistas de baile de todo el país al
son de la música de las décadas pasadas y despiertan las ganas de
recordar gloriosos tiempos pasados, algo «latente en su ADN».
Así lo indicó a Efe Pablo Lecueder, el creador de la primera
Noche de la Nostalgia en 1978, que comenzó en Ton Ton Metek, una
legendaria «boîte» montevideana de la década de los 70, y que poco a
poco se fue propagando hasta consolidarse en el evento de la
magnitud de hoy.
Uno de los elementos más destacados de la idiosincrasia uruguaya
es el apego por las memorias y recuerdos de tiempos pasados, por lo
que no es raro escuchar de boca de un uruguayo que «todo tiempo
pasado fue mejor», ni tampoco entender el éxito de este festejo.
«Si mi fiesta se llena y queda gente afuera, el del local de al
lado la va a hacer también. Y luego fuera de Montevideo, el del
departamento (provincia) de al lado también», explicó sobre esta
fiesta que calificó como «la más multitudinaria del año».
Una publicación del Ministerio de Turismo estima que solo en la
capital uruguaya se organizan unas 400 fiestas que movilizan
alrededor de 600.000 personas, y esta noche es el acontecimiento que
tiene más convocatoria dentro de las fiestas que incluye la guía.
Y de hecho la efeméride es lo suficientemente importante como
para que el Parlamento uruguayo haya oficializado la víspera del
festivo no laborable del 25 de agosto, día de la declaración de
independencia del país, como Noche de la Nostalgia y determinara de
interés turístico los festejos de esta jornada.
Sin embargo, Lecueder le resta importancia a ser el puntapié de
este fenómeno cultural, aunque dijo que le «reconforta» saber que en
una época del año muy «quieta» desde el punto de vista comercial «un
montón de gente salva el mes», ya que genera trabajo en discotecas,
moteles, restaurantes, transporte y tiendas de ropa.
Desde hace cuatro años se realiza en un predio ferial con
capacidad para 2.500 personas para garantizar la comodidad y la
seguridad de los participantes, con varias pantallas en la pista y
cinco láseres de alta potencia, a un costo de aproximadamente 70
dólares la entrada.
Mientras que el repertorio musical en la mayoría de las fiestas
incluye temas de las décadas de los 70 y los 80, las generaciones se
van renovando, como también lo hace la música que les evoca
nostalgia, por lo que han surgido otros eventos que le han cambiado
la cara al espíritu original del festejo.
Por ejemplo, «Reíte de la Nostalgia», organizado desde hace 15
años por la DJ Paola Dalto, invita a los participantes a bailar
disfrazados al son de música de los 90 y los 2000 para darle «otra
impronta» a la tradicional fiesta.
El nombre de la celebración, que congrega a cientos de jóvenes
que se disfrazan de cosas que les evocan su propias memorias, bien
diferentes a las de quienes crecieron en los 70 o los 80, invita a
los participantes a «desacartonar la tradicional nostalgia uruguaya»
y a «reirse de sí mismos» y de sus recuerdos, dijo a Efe Dalto.
En tanto, la Unidad de Seguridad Vial del país sudamericano lanzó
una campaña para reducir los accidentes de tránsito en esta
celebración a causa del aumento del consumo de alcohol y drogas,
luego de seis años sin registrar muertes durante una noche como
esta.
Además, un operativo desplegará más de 500 policías e inspectores
de tránsito para realizar espirometrías y controles de consumo de
estupefacientes como el cannabis a los conductores.