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Montevideo, 26 oct (EFE).- Carniceros de Uruguay, que registra una de las mayores cifras de consumo de carne per cápita del mundo, defendieron hoy el modo «natural» de criar al ganado en el país frente a la alerta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó sobre la posibilidad de que la carne roja sea carcinógena.
«Lo que decimos como vendedores de carne es que todos los estudios que se han hecho de la carne se han hecho en Estados Unidos o países del primer mundo, con carnes de ellos. No hay estudios con carnes de América Latina», expresó a Efe el presidente de la Unión de Vendedores de Carne, Efe Hebert Falero.
En este sentido, señaló que la carne que está criada en EE.UU «casi toda» se cría en corral, bajo techo, en condiciones que no son naturales, mientras que la de Uruguay, dice, es criada a cielo abierto, totalmente natural, sin suministros de hormonas.
Sin embargo, Falero remarcó que con eso no quiere decir que la carne uruguaya no favorezca el cáncer y la otra sí, aunque añadió un ejemplo.
«Si vamos al campo hace muchos años la gente del campo comía casi pura y exclusivamente carne ovina y bovina y vivía muchísimos años sin problemas», señaló.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó hoy de que comer carne procesada como salchichas, embutidos o preparaciones en conserva es carcinógeno para los humanos, mientras que consumir carne roja «probablemente» también lo es.
El estudio, realizado por su Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), reunió a un equipo de 22 expertos de diez países que vieron una «evidencia suficiente» de que el consumo de carne procesada provoca cáncer colorrectal.
Con respecto a la carne roja, se constató una «evidencia limitada» de que ese tipo de alimento puede provocar cáncer, en concreto colorrectal, de páncreas y de próstata, pero una fuerte «evidencia mecanicista» que sostiene un efecto carcinógeno.
«Tenemos que destacar que la carne de Uruguay básicamente la mayor cantidad que se consume es de campo natural, que sin duda es mucho más sana que lo que puede ser en países donde la carne es criada básicamente a corral», añadió a Efe por su parte Germán Möller, directivo de la Asociación Nacional De Carniceros.
En su opinión, la carne en sí comiéndola en una forma natural es un producto «muy noble».
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló en un informe del 2014 que los argentinos lideran el consumo de carne en América Latina con 84,7 kilogramos per cápita por año, mientras que Uruguay ocupa el segundo lugar con 82,9 kilogramos, y Chile se ubica cuarto con 72,5 kilogramos.
«Me gustaría saber si realmente lo han hecho (el informe de la OMS) con estudios de carne de acá, criada a cielo abierto, animal que come pasto y que no le dan hormonas», remarcó Falero, para añadir que «si confirman» que fue hecho con carne uruguaya o argentina, o de países que la cría igual, «entonces ahí podría dar la razón».
El tradicional asado es una de la mayores costumbres uruguayas, y es habitual que cada fin de semana familias enteras se reúnan en torno a una parrilla en la que cocinan distintos tipos de corte de carne vacuna, salchichas, chorizos o morcillas.
A esto hay que sumar carritos de comidas callejeros que ofrecen los clásicos choripanes (sandwich de chorizo), chivitos (sandwich de lomo), empanadas y milanesas (filete empanado).
No obstante, el país tiene en el sector agropecuario y en la exportación de productos cárnicos una de sus mayores fuentes de ingresos.
Los cánceres de pulmón, colón recto, mama femenina y próstata son los que presentan los mayores índices de mortalidad en Uruguay.