sábado, 5 de diciembre de 2015
Almagro evalúa las garantías electorales en Venezuela a falta de misión OEA

Cristina García Casado
Washington, 5 dic (EFE).- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha sido el encargado de evaluar las garantías de los comicios parlamentarios de este domingo en Venezuela a falta de una misión de observación electoral del organismo, opción vetada por Caracas desde 2006.
Almagro, un político de izquierda que llegó en mayo a la OEA avalado por el ex presidente uruguayo José Mujica, ha roto el largo silencio de la organización sobre Venezuela para denunciar la «inhabilitación» de miembros de la oposición y «dificultades» que, a su juicio, han impedido su participación en condiciones de igualdad.
En sus primeros meses en el cargo, Almagro mostró extrema cautela al pronunciarse sobre Venezuela y trató de acercarse a Caracas porque su máxima prioridad era que se aceptara la observación electoral en las parlamentarias, explicaron a Efe fuentes de la OEA.
Estuvo incluso a punto de hacer una visita a Caracas en el marco de estas conversaciones pero todos sus esfuerzos de aproximación quedaron dinamitados el 27 de julio cuando recibió al líder opositor Henrique Capriles en Washington, gesto que molestó a Venezuela.
Una vez cerrada la puerta de la misión electoral, Almagro optó por señalar él mismo, en una carta de 18 páginas publicada el 10 de noviembre, los motivos que le llevan a pensar que las elecciones de Venezuela no tienen garantías para ser plenamente democráticas.
«Esa carta es una valoración de la integridad del proceso electoral, como las que enviamos a los gobiernos en nuestras misiones. Sintetiza un análisis técnico de esta campaña y nunca hubo una respuesta técnica (desde Venezuela),solo comentarios políticos», explicó a Efe el secretario para el fortalecimiento de la democracia de la OEA, Francisco Guerrero.
La misiva, dirigida al Consejo Nacional Electoral de Venezuela, le valió a Almagro que el presidente Nicolás Maduro le llamara «basura» y que el embajador del país ante la OEA, Bernardo Álvarez, sentenciara que está «inhabilitado» para efectuar cualquier gestión sobre su país por haberse «sumado» a una campaña contra el chavismo.
«Sin misión de observación de la OEA, Almagro no podía hacer otra cosa. Con su carta puso los límites morales y rompió la impunidad que tenía Venezuela en el continente, bien sea por miedo económico o bien por miedo político (de los países)», señaló a Efe una fuente del organismo.
El ex presidente colombiano Andrés Pastrana consideró este jueves que la misiva de Almagro «es como una pre-misión de observación electoral» y dijo que su contenido es el «marco» en el que se moverán él y los otros cinco ex presidentes latinoamericanos invitados por la oposición venezolana como acompañantes electorales.
Se trata de Jorge Quiroga (Bolivia), Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Miguel Ángel Rodríguez y Laura Chinchilla (Costa Rica) y Mireya Moscoso (Panamá).
Venezuela no ha aceptado ninguna observación electoral, ni de la OEA ni de la Unión Europea (UE), pero sí una misión de «acompañamiento» de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y algunos invitados internacionales como el ex presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y miembros del grupo del Partido Popular Europeo (PPE).
Las misiones electorales de la OEA, el programa con más prestigio internacional del organismo, llegan a desplegar hasta un centenar de técnicos que trabajan en el país desde meses antes de las elecciones para asegurar que durante todo el proceso hay igualdad de oportunidades para todas las partes.
Países críticos con la OEA y aliados de Venezuela como Ecuador, Bolivia y Nicaragua sí aceptan la misión de observación para sus comicios, algo que eligen libremente los estados miembros.
«El posible impacto de la OEA en restaurar las libertades básicas en Venezuela es limitado, pero Almagro puede ofrecer el liderazgo que no ha habido en este asunto y movilizar apoyos para aplicar mayor presión sobre el Gobierno de Maduro», señaló a Efe el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano de Washington, Michael Shifter.
«Tenía el derecho de hablar tanto por mandato como por tradición, esto solo es noticia porque la OEA estaba moribunda en la promoción de la democracia regional bajo su predecesor (José Miguel Insulza)», indicó a Efe el vicepresidente del centro Council of the Americas de Washington, Eric Farnsworth.
El paso de Almagro, muy aplaudido en los sectores críticos con el Gobierno de Venezuela, le acarreó el «adiós» de su mentor José Mujica y las críticas de los Gobiernos de Bolivia y Nicaragua, aliados de Caracas.
Desde la OEA defienden que Almagro es el «garante» de la Carta Democrática del organismo. «¿Si él no defiende esos valores, quién lo va a hacer?», dijo a Efe una fuente de la organización.
El deseo de Almagro para las elecciones de mañana, explica la misma fuente, es que se desarrollen en paz, que todos puedan votar sin obstáculos de ninguna naturaleza y que el día 7 no haya incidentes.