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Discurso de Gabriel Boric
Indira Guerrero
Caracas, 13 nov (EFE).- El chavismo arranca hoy la campaña para las elecciones legislativas del 6 de diciembre en un contexto en el que la ruta para mantener la mayoría del Parlamento se presenta cuesta arriba con la crisis económica como problema latente.
La inflación más alta del continente y posiblemente del mundo, pronósticos de una contracción en el crecimiento y escasez de productos son factores negativos que el oficialismo tratará de superar centrándose en hacer notar sus logros.
Mantener la mayoría en la Asamblea Nacional, que detenta desde que Hugo Chávez llegó al poder en 1999, es una obligación para las fuerzas oficialistas, pues es un ámbito fundamental para mantener vivo el proyecto socialista.
Según los pronósticos, para el cierre de 2015 la inflación habrá superado el 85 %, la más escandalosa de la historia de la revolución bolivariana, después de haber cerrado 2014, el segundo año de Gobierno de Nicolás Maduro, en un 68,5 %, y 2013 en un 58 %.
A este escenario se suman como agravantes la caída de los precios del petróleo, primera fuente de ingresos de Venezuela, que han pasado de 100 dólares por barril en 2014 a 40 dólares este año, la disminución de las importaciones y en consecuencia un largo ciclo de escasez y desabastecimiento en una nación que importa la mayoría de lo que consume.
Los números ponen en evidencia que el tema económico es uno de los que más afectan a los venezolanos y será un asunto decisivo en estas elecciones.
El propio Maduro ha definido estos comicios como, quizá, «los más difíciles que ha enfrentado la revolución bolivariana jamás».
El presidente venezolano, que ha venido abonando el terreno de la campaña desde hace semanas, acusa a la empresa privada de generar, a propósito, la escasez de productos para ocasionar el desabastecimiento, la reventa y con ello la inflación.
La «guerra económica», como él la denomina, es, según su tesis, respaldada por fuerzas «imperiales» con el fin de generar el descontento que, de hecho, es perceptible en la población y que puede minar la popularidad del chavismo el 6 de diciembre.
Maduro y otros líderes del chavismo exhortan a los venezolanos a ganar la contienda electoral como una manera de derrotar esa supuesta «guerra» y garantizar la continuidad del proyecto bolivariano, al que hoy le cuesta destacar sus logros.
Aunque el Ejecutivo ha impulsado un operativo para obligar a los comercios a ajustar los precios en las últimas semanas para frenar la inflación, los economistas prevén difícil que esos resultados puedan apreciarse en el corto plazo.
El presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, uno de los hombres fuertes del chavismo, ha llamado a la unidad de las fuerzas revolucionarias para garantizar la victoria y advertido de que en estas elecciones «está en juego» la continuidad de las ayudas sociales que el Gobierno ofrece y que lucha por mantener pese a la caída de los ingresos petroleros.
El oficialismo, en lo que llama una «alianza perfecta», formada por el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y otras 31 organizaciones aliadas, lanzó al ruedo a sus mejores fichas para las 167 plazas del Parlamento.
Es una lista variopinta que reúne a exministros, cantantes, deportistas, líderes de partido y periodistas.
La reciente detención de dos sobrinos del primer mandatario y su esposa, Cilia Flores, acusados por la justicia de EE.UU. de conspirar para importar droga hacia ese país, contribuye a enturbiar la campaña del chavismo, en la que la primera dama es una ficha estelar entre las candidaturas de la alianza Gran Polo Patriótico.
Los sondeos de opinión apuntan a una virtual derrota del chavismo para esos comicios, con márgenes que favorecen a la oposición con 20 o hasta 30 puntos dependiendo del estudio, y aunque los líderes socialistas no se han hecho eco ni de estos números ni de datos distintos, sí han desestimado los escenarios producto de cuestionarios.
Aunque el chavismo ha ganado 18 de las 19 elecciones celebradas desde 1998 con amplias ventajas -incluyendo todas las legislativas desde que se creo la Asamblea Nacional en 2000-, contra algunos pronósticos de sus rivales y de las encuestas, éstas, las de la primera legislativa sin Chávez puede ser la contienda más complicada.