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Javier García
Caracas, 14 oct (EFE).- El libertador Simón Bolívar «no es bolivariano» porque «detestaba la desunión, la lucha de clases y la lucha racial», reflexiona en una entrevista con Efe el poeta venezolano Rafael Cadenas, ganador del Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca-Ciudad de Granada 2015.
Un galardón anunciado el martes en la ciudad española y que fue «una sorpresa muy grata» para Cadenas ya que no sabía que figuraba entre los candidatos y conoce a varios de los que han recibido el galardón, entre ellos «alguien muy querido» como fue Tomás Segovia.
«Siempre -dice- es un estímulo y un compromiso, perturban un poco también, pero lo importante es lo que uno pueda hacer, la parte de los premios es digamos el aspecto exterior de la creación».
Y confiesa, en su modesta casa de Caracas, que pasa por períodos, incluso meses, en los que no escribe, y en los que toma apuntes y traduce «hasta que surja alguna idea».
Cadenas, que en su juventud militó en el Partido Comunista de Venezuela y estuvo en prisión y en el exilio durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1953-58), cree ahora que «el comunismo no tiene sentido porque la experiencia nos indica que es incompatible con la libertad».
Estima que en Venezuela, a partir de esa dictadura, hubo un sistema democrático «también muy deficiente» que vivió su mejor período en sus primeros veinte años, pero después «hubo bastante corrupción y se fue desmejorando» hasta la llegada «de este movimiento de militares y civiles que no tienen idea de lo qué es la democracia» en referencia al chavismo.
«Pero al mismo tiempo no me gusta el odio y en el país ha habido una división que es un fenómeno muy negativo, que no tiene nada que ver con Bolívar. Yo digo que Bolívar no es bolivariano porque él detestaba la desunión, la lucha de clases, la lucha racial», afirma.
El poeta lamenta que «un grupo de fanáticos» derribase hace unos años la estatua de Cristobal Colón y que en su lugar hayan puesto la de Guaicaipuro (cacique indígena que lideró la revuelta contra los conquistadores españoles).
«Pero ocurre que la independencia fue obra de descendientes de españoles, empezando por el mismo Bolívar, que era de origen vasco. Hay algo de regresión en esa exaltación de los indios», asegura.
A su juicio, la democracia «tiene un sentido profundo» más allá de ir a votar, por lo que «la persona democrática tiene que serlo en todo momento, en el trabajo, en la calle y en la casa».
«La democracia en la que yo pienso tiene que estar interiorizada», explica y considera positivo que la oposición pueda ganar las próximas elecciones parlamentarias para «propiciar una transición pacífica porque lo otro es algo que creo que nadie desea, un enfrentamiento que puede ser violento».
Con la edad, el poeta nota que escribe «en forma más reflexiva, con más cabida del pensamiento dentro de la poesía, que cada vez se ha hecho más sencilla, aunque algunos lectores digan que no, y más breve».
En esta búsqueda, en España se publicará próximamente su último libro «En torno a Basho y otros asuntos» donde, a partir de los haikus del gran maestro japonés, aborda otros temas.
«El Tao facilitó al poeta el gran hallazgo, el valor del momento, que realmente es lo que existe, aunque haya una gran poesía que surge de la memoria, lo que no se puede negar», señala.
Cadenas, que conoce muy bien a los poetas españoles del Siglo de Oro o de la generación del 27, destaca que en Venezuela hay numerosos poetas y poetisas, sobre todo desde que con el Grupo Tráfico, creado en 1981, comenzaron a leerse muchos poemas en público, aunque reconoce que el ámbito de la poesía sigue siendo minoritario y que en su país «nadie puede vivir de ella».
«El destino de la poesía parece que es ese, siempre dirigida a una minoría, no solo aquí, en todas partes», considera.
Y destaca que escribir un poema es muy diferente de escribir un texto narrativo o periodístico.
«Yo puedo prometer a alguien escribir un texto sobre determinada cosa, pero no puedo prometerle escribir un poema, no sé si es posible que tenga suerte y surja el poema», dice Cadenas en una de las pocas entrevistas en persona que ha concedido en su vida.
A Cadenas le inhiben las grabadoras, que ni siquiera era capaz de usar en sus clases universitarias de literatura, por lo que casi siempre pide sus entrevistas por escrito.