EL VIDEO
Discurso de Gabriel Boric
Por Soledad MORILLO BELLOSO, para SudAméricaHoy
¿Saben por qué la televisión en Venezuela era tan buena? (Énfasis en «era», pretérito imperfecto.) Porque fue una casa construida por talentos nacionales y extranjeros. Eso le dio multiculturalidad. A Venezuela vinieron de todas partes. Cuba, Argentina, España, Uruguay, Chile, Paraguay, Italia, Puerto Rico. Y más…
Esos, los que hacían la televisión en Venezuela, productores, actores, directores, guionistas, escritores, técnicos, hicieron también teatro, cine, radio, danza. Y fueron a todas partes. A estudiar, a trabajar, a aprender, a pulirse. Y regresaron con más conocimientos, más ideas, más creatividad.
María Golajovski Zaira, nacida en Yugoslavia en 1936 de padres rusos, tenía doce años cuando en el 18 de septiembre de 1948 llegó a Venezuela con su mamá, Natacha, procedentes de Europa. Atrás dejaban los dolores de una guerra espantosa. Allá quedaban la amargura y la horrenda experiencia de los campos de concentración.
María conoció a Juana Sujovolsky Berconsky, hija de ucranianos, actriz de enorme importancia y lauros radicada en Venezuela desde 1949 y a quien conocemos como Juana Sujo. Juana le enseñó español con acento caraqueño.
Ya para 1952, María, a quien Juana le había enseñado los rudimentos de la actuación, debuta en teatro con la pieza “Nuestra Natacha” de Alejandro Casona. Luego trabaja en el Teatro del Pueblo, bajo la dirección de Eduardo Calcaño, y actúa en “El árbol que anda” , de Juan Pablo Sojo. Aquel fue su primer contrato. 800 bolívares mensuales.
En 1953 ocurre el lanzamiento de Radio Caracas Televisión. Y María estaba ahí. Un pequeño papel en la zarzuela Los Gavilanes.
María Golajovski. Ah, complicado nombre para hacer carrera en Venezuela. Mejor ‘América’, por el nuevo continente que le había recibido, y ‘Alonso’ por la bailarina Alicia Alonso. Y así nació el nombre que la hizo famosa: América Alonso.
Cuando yo era niña fui a Nueva York. En la televisión americana a mediodía transmitían un programa extraordinariamente divertido: “El show de Dick van Dyke”. En Venezuela pasaban un programa que seguramente muchos recordarán: “Casos y cosas de casa”. Era muy entretenido. Una comedia de estudio protagonizada por Jorge Félix y América Alonso.
Muchos actores son versátiles. Whoopi Goldberg ha hecho todo tipo de papeles. Igual Queen Latifah. El riesgo de ser muy exitoso en un género es quedarse atrapado allí. Contaba Lucille Ball que por mucho que lo intentó nunca logró que le dieran papeles dramáticos.
Pues América Alonso lo consiguió. Se paseó con maestría por todos los géneros: Teatro, televisión, cine. Comedia, drama, monólogos, entretenimiento, educación. Algunas de sus actuaciones están en la historia: “Casos y cosas de casa”, “La Loba”, “Soledad”, “Sor Alegría”, el programa “Sopotocientos”. “Cambio de piel”, “La historia de Laura Benson”. “Cangrejo”, “La gata borracha”. Fue muy renombrada por su actuación en el teatro Juárez de Barquisimeto declamando “El Último Pan de Hornero”, un poema de Aquiles Nazoa.
Y si la memoria no me falla, ella fue la protagonista del primer comercial de Harina Pan.
En 1959 casa con Mario Bertoul. Tienen dos hijos, Roberto y Alejandro. Ese matrimonio terminó y al tiempo ella volvió a casarse, con Daniel Farías.
Una nutrida lista de premios, sin duda. Una carrera maravillosa en las tablas y frente a las cámaras. Pero probablemente para ella el mejor tributo se lo dio el público. Con aplausos de pie y con repetir siempre: “Ella es América Alonso y es venezolana. ¡Bravo!”.
Posdata. ¡Fascinante! Mi amiga OlgaK De Aguirrebeitia lee mi relato y me escribe una página que yo desconocía. La copio a seguir:
”Eran ortodoxas…ergo, serbias. Natasha, su mamá, rusa, de hecho cantaba en el coro de la Iglesia ortodoxa de Los Chorros adonde íbamos todos pues era la única. El nombre “Murka” era el diminutivo cariñoso de casa. Ella y su mamá vinieron muchas veces a mi casa. Nuestras fiestas religiosas son pocas pero muy importantes y ahí se comía, se bebía, se cantaba y se bailaba después de la misa eterna de la que salías mareada de incienso …y con mucha hambre, ¡porque lo del ayuno era muy en serio! Los coros rusos son muy especiales… Un sonido único. Y Natasha estaba ahí. Me parece estarla viendo.
Cuando Murka se volvió estrella, no iba a la iglesia como antes, pero su mamá siguió cantando.
Tengo en mente la foto donde están todos flacos, mi hermano un bebé de 3-4 años y Murka una preadolescente desgarbada también flaquísima.
Esa familia rusa, como muchas de aquellos días, huían de la revolución bolchevique y Yugoslavia era su paso. Afinidad religiosa importante para todos ellos. El idioma más fácil de aprender. Muchos, lo recuerdo bien, contaban que llegaron A pie… ¿Te suena familiar?
Mi profesora de piano, también rusa, salió por China también a pie y terminó en Caracas.
Ay Señor… Que la historia no tiene historias nuevas, solo nuevos personajes.»
Es decir, aún más fascinante.