jueves, 19 de septiembre de 2013
Bolivia: Turismo ecológico, cómo y dónde
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El Amazonas a su paso por Bolivia

Liliana Costa (1)Por Liliana COSTA, para SudAmericaHoy (SAH)

El turismo se está convirtiendo en una fuente de recursos importante para las zonas con más biodiversidad del planeta. Este proceso incorpora un nuevo concepto: La ecología como una base nueva de ingresos económicos. Un ejemplo ilustra el escenario: Los habitantes del departamento de Cochabamba en Bolivia pueden pensar -y no equivocarse- que es más provechoso cuidar sus selvas para atraer turistas en lugar de talarlas para vender la madera. De este modo, un país como Bolivia, lleno de paisajes tan diversos como espectaculares, puede potenciar su biodiversidad como riqueza en lugar de esquilmarla para consumir unos recursos naturales finitos.

La responsabilidad del turismo ecológico no es sólo del destino,  el viajero debe comprometerse a cuidar y conserva el entorno. Antes, debe elegir entre buscar un departamento en alquiler, recurrir a los grandes complejos turístico o instalarse en hoteles medianos o chicos. Dicho esto, ir en carpas, en las zonas destinadas al efecto, es otra alternativa.

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Vista a un sector de la cordillera de los Andes

Bolivia es un perfecto ejemplo de un país que espera ser descubierto por sus riquezas naturales, pues esta nación situada en mitad de Sudamérica tiene auténticos tesoros ecológicos de primer nivel. Algunos ya conocerán los paisajes más famosos de Bolivia, como el lago Titicaca, compartido con Perú, o el desierto Salvador Dalí, al sur del país. Pero Bolivia esconde mucho más, paisajes totalmente dispares entre sí, desde la ya mencionada selva tropical de Cochabamba hasta los espectaculares glaciares andinos, las sabanas de la Región de Los Llanos o el salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo. Cualquiera que busque naturaleza salvaje, auténtica y espectacular, no tendrá problemas para hallarla en Bolivia.

Sin embargo,  el turismo ecológico es también responsabilidad del visitante, que debe intentar que su estancia perjudique lo mínimo al entorno natural, intentando  que éste se vea beneficiado. Esto se puede hacer de forma muy sencilla, basta seguir unos principios simples que no restarán comodidad a nuestras vacaciones.

  • Recurre a proveedores ecológicos. Hay muchas empresas, desde aerolíneas hasta cadenas de hoteles, que dedican parte de sus beneficios a cuidar el medio ambiente.
  • Descarta los complejos turísticos.  Siempre será mejor recurrir a pequeños hoteles ecológicos, o incluso alquilar un departamento.
  • Apoya la economía local. Si realizamos nuestros gastos en negocios de la zona, como restaurantes o tiendas, ayudaremos a que la gente del lugar vea la riqueza de sus parajes e inviertan en su conservación.
  • Busca actividades no dañinas con el medio ambiente. Toda actividad que se haga en la naturaleza no es sinónimo de ecologismo. Pasear en un todoterreno o una moto de agua tiene un impacto muy perjudicial en el entorno, lo mejor es hacer algo menos nocivo, como rutas en bicicleta o canoa.