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Discurso de Gabriel Boric
Barrio Italia
El breve entramado de calles que conforman el Barrio Italia se asienta entre dos de los más populares barrios residenciales de Santiago: Providencia y Ñuñoa. Con sus aceras llenas de hojas y sus faroles antiguos característicos, este vecindario fue antaño hogar de familias santiaguinas de clase media-alta, pero de un tiempo a esta parte ha adquirido una intensa vida propia, emergiendo como un próspero distrito gastronómico y de diseño que combina elementos tradicionales de Chile con nuevas tendencias en la moda, la comida y el arte.
A pasos de los restaurantes y de las tiendas exclusivas, los tradicionales “maestros” de la restauración trabajan en sus talleres y sobre las veredas a la vista de los paseantes que disfrutan viendo cómo los expertos renuevan muebles antiguos de madera. Con antiguas técnicas y un montón de encanto atraen el interés de los transeúntes que pueden ver con sus propios ojos cómo lo que parecía un desecho sin destino recupera su estado de pieza de colección.
Cómo llegar
Aunque se puede acceder a pie desde Providencia o Ñuñoa, el Barrio Italia está alejado del ajetreo de la mayoría de los hoteles, hostales y otros lugares turísticos. La mejor manera de llegar hasta el barrio es tomar el metro hasta la estación Santa Isabel de la Línea 5, y luego caminar cinco cuadras hasta llegar a Avenida Italia. Si vas en taxi, dile al chofer que te lleve a “Santa Isabel con Avenida Italia”.
La mayor parte de las boutiques y cafés están desperdigados por las dos avenidas principales que van de norte a sur: Avenida Italia y Avenida Condell, conectadas ambas por la Avenida Santa Isabel. A lo largo de la calle Caupolicán, entre la Avenida Condell y la calle Girardi, encontrarás la mayoría de las tiendas de antigüedades y restauración. Consulta un mapa de la zona completa aquí.
El recorrido a pie
¿Qué mejor manera de iniciar un recorrido a pie por un distrito gastronómico que con un café y un pastel (bollo) por la mañana? Dirígete por Santa Isabel hacia Avenida Italia y comienza bien tu día con un café “cortado” en uno de los elegantes cafés que encontrarás en la esquina: el Café Anay, del lado norte, o La Tranquera, del lado sur.
Con tu dosis de cafeína en el cuerpo, puedes emprender una caminata hacia el sur por Avenida Italia donde te espera una infinidad de tiendas y la oportunidad de vitrinear a gusto. Dentro de las antiguas y recientemente remodeladas casas de mediados del siglo pasado, te sorprenderás ante la vista de frescas y bien iluminadas galerías de arte. Aunque las aceras se ven tranquilas y despejadas, al interior de las tiendas y a lo largo de los pasillos interiores que aún conservan sus azulejos españoles, bulle la actividad. Verás acogedoras tiendas y restaurantes íntimos en los lugares menos pensados. Haz tu elección en cristalería proveniente de México, o escoge entre objetos de madera o lana de Chiloé, muebles retro de la década de 1960 y mucho más.
Considera la posibilidad de pedir una ensalada o un sándwich ligero para almorzar en uno de los cafés cercanos, como la Cafetería Survenir, o una comida gourmet más contundente en el Santa Bohemia al final de esa cuadra.
Cuando te aproximes a la calle Caupolicán, sentirás que retrocedes en el tiempo. Allí te espera el mundo de los anticuarios y artesanos de muebles que trabajan en sus proyectos de “rescate”, tallando, pegando y barnizando sobre la vereda en un despliegue de habilidades que no podrás evitar detenerte a observar.
Si doblas por Caupolicán a la izquierda, verás escaparates polvorientos donde se apilan, del suelo al techo, viejas novelas y libros de historietas que nadie te impedirá hojear. Más adelante, pasando entre antiguas lámparas y mecedoras, avanzarás hacia Tegualda, donde los muebles retapizados marcan tendencias. Una vez allí, asegúrate de entrar a El Almacén, tienda con 30 años de historia, una institución en el barrio ubicada en toda la esquina. Tómate tu tiempo caminando por Tegualda, porque allí encontrarás algunas obras de pintura contemporánea junto a especialistas en enmarcación. Puedes regresar a Santa Isabel, volteando a la izquierda para tomar Avenida Italia.
De vuelta en Avenida Italia, avanza al norte por calle Marín donde encontrarás infinidad de boutiques con ropa para niños, joyas modernas, diseño para interiores y, por si fuera poco, los mejores helados caseros. Gira a la derecha en Marín y continúa tu paseo a la sombra siguiendo el sendero para bicicletas hacia Avenida Salvador. Una cuadra hacia abajo y, a la izquierda, encontrarás la calle Hindenburg.
En Hindenburg 683 está la Casa Museo Eduardo Frei Montalva, situada en la antigua casa en que vivió quien fuera Presidente de Chile entre 1964 y 1970. La entrada cuesta CL$ 1.300 para adultos y CL$ 700 para niños, estudiantes y tercera edad. Asegúrate de contactarlos con anticipación para solicitar una visita guiada.
Después de visitar el museo, vuelve sobre tus pasos hacia Salvador, que aún hay más que ver. Gira a la izquierda en Salvador, y de nuevo a la izquierda en la Avenida Francisco Bilbao y te encontrarás con la Sombrería Girardi, antiguo hogar familiar de los inmigrantes italianos que partieron con la fábrica de sombreros que en una época fueron sinónimo de elegancia en el país y cuyo edificio sigue siendo un punto de referencia en el Barrio Italia.
Un poco más adelante está el famoso edificio de ladrillo, que data de 1936, donde una vez funcionó la fábrica propiamente tal de la familia Girardi. El histórico edificio fue vendido y los nuevos dueños lo convirtieron en un centro que aloja tiendas de diseño contemporáneo, talleres, restaurantes y, posiblemente dentro de poco, un hotel boutique.
Habiendo terminado tu recorrido, ya es hora de compensar el paladar con una cena “como Dios manda” en el Barrio Italia. Elige alguno de los pequeños bistrós de Avenida Italia cuya selección gourmet abarca desde lo obvio (comida italiana) a delicias chilenas, pasando por lo mejor de la cocina de México, Perú, Japón y mucho más.
(Más información en Turismo Chile)