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Discurso de Gabriel Boric
Belén (Brasil). Waldheim GARCÍA Efe/SudAmericaHoy
La amazónica ciudad de Belén, capital del norteño estado de Pará y epicentro del fútbol en esa apartada región de Brasil, se prepara para ser un destino turístico alternativo durante el Mundial de 2014, pero con el sinsabor de no haber sido escogida como una de las sedes del torneo.
La metrópoli de dos millones de habitantes ubicada en la Bahía de Marajó y próxima a la desembocadura del río Amazonas es, sin lugar a dudas, la capital futbolera del norte de Brasil pues la afición nunca se aleja del estadio pese a que los dos equipos más tradicionales de la región, el Paysandú y el Remo, sufren una sequía de protagonismo nacional.
«Es muy triste que, con equipos que llevan 50.000 aficionados a un partido por la tercera división o por el torneo (regional) de Pará, se haya excluido a Belén de la lista de las doce sedes del Mundial», dijo el taxista y miembro de una de las barras organizadas del Remo Julio Cavalcante. El Gobierno brasileño y la FIFA optaron por Manaos a la hora de elegir una ciudad en la Amazonía como sede del Mundial.
Belén fue perjudicada por intereses políticos, pues, según muchos de los habitantes de la ciudad, para los organizadores contó más el poder político y económico de Manaus, capital del vecino estado de Amazonas y polo industrial en medio de la selva, que es una gran metrópoli pero sin tradición futbolera.
«Aquí en Pará, tenemos una afición que supera la de las grandes ciudades futboleras del país, como Sao Paulo y Río de Janeiro, donde los aficionados escogen el nivel del rival para ir a los estadios. Está demostrado que los equipos de Belén llevan más gente a los estadios, sin importar el rival», apuntó Cavalcante.
El biólogo Marcos Junqueira recordó que «Amazonas no ha dado grandes futbolistas al país y nosotros, en Pará, tenemos ahora gente que se destaca actualmente en grandes equipos como Paulo Henrique Ganso (Sao Paulo)».
A pesar de la frustración de los hinchas paraenses, el turismo de Belén se prepara para recibir durante el Mundial a los visitantes que llegarán a ese rincón de Brasil atraídos por los encantos de la Amazonía, además de la culinaria típica de la región, con una gran variedad de frutas y pescados y una envidiable carta de sopas.
El açaí, un afrodisiaco originario de Pará, encabeza una extensa lista de frutas tropicales, que se suma a la de los pescados, con el gigante de río conocido como Tambaquí como su principal exponente en la gastronomía paraense.
«Brasil es rico en frutas y recursos naturales que todos los extranjeros quieren conocer, y cada región va a mostrar lo mejor en el Mundial, pero Belén do Pará tiene un prestigio culinario digno de ser reconocido por el paladar visitante«, señaló la promotora de turismo Jamile Freitas.
Según ella, «la actual capacidad hotelera no es la ideal, por ejemplo para ser sede de un Mundial, pero, como está ahora, soporta la fuerte demanda de turistas que quieran escaparse antes, durante o después del Mundial para llevarse un recuerdo de la Amazonía».
Belén adecúa sus mercados municipales, ricos también en un sinnúmero de plantas medicinales de la cultura indígena amazónica; los restaurantes con sus menús en inglés y español, y abre espacio para la belleza de la ciudad, con edificios antiguos de la época de la colonización y modernos proyectos urbanísticos.
El tradicional mercado de Ver-o-Peso; la remodelada estación portuaria de las Docas, con sus renombrados restaurantes y música en vivo, y los parques públicos, como el de la República y el Batista Campos, ya considerado como el más bonito del país, «podrán ahora ser fotografiados por más extranjeros», subrayó Freitas.
Al ritmo de la danza del carimbó, la más popular de la región, los paraenses esperan visitantes de los cinco continentes y poder demostrarles que Belén tiene otros atractivos diferentes a su espíritu futbolero.