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Alba Santandreu
Sao Paulo, 15 sep (EFE).- «Cocinar es diseñar platos», dice el maestro de los fogones, el español Ferran Adrià. Y es precisamente esa fusión entre gastronomía y creatividad la que recoge la muestra «Tapas. Spanish Design for Food», que hoy desembarcó en Brasil.
Tras un periplo que la ha llevado por Tokio, Madrid, Estados Unidos y México, la exposición explica ahora al público brasileño la importancia que el diseño ha jugado en la evolución de la gastronomía española y lo hace a través de más de 200 artilugios.
La mejor aceitera del mundo, diseñada por Rafael Marquina en 1969; un cuenco realizado con el poso del café o un futbolín convertido en mesa son algunos de los objetos que ilustran «el desarrollo de la cultura gastronómica» en España.
«El diseño se ha puesto al servicio de la experiencia de comer», explicó a Efe el arquitecto y diseñador Juli Capella, comisario de la exposición, que fue inaugurada hoy por el embajador de España en Brasil, Manuel de la Cámara Hermoso, en el Museo de la Casa Brasileira, en Sao Paulo.
Y es en esa unión entre la comida y el diseño en la que Adrià, nombrado cinco veces mejor cocinero del mundo, ha jugado un papel «fundamental».
«Ferran Adrià ha marcado un antes y un después desde el punto de vista creativo. Vuelve a interpretar el pasado añadiéndole distintas disciplinas, entre ellas el diseño», señala Capella.
La muestra recoge algunas de las piezas ideadas por Adrià, pero también deja espacio a la creación de otros de los grandes de la cocina española, como Joan Roca y Juan Mari Arzak, nombres de peso que «Tapas» sienta al lado de artistas como Antoni Miralda o Javier Mariscal.
La exposición, que por primera vez pisa el suelo suramericano, se divide en tres espacios. En el primero, «Tapas» abre la puerta de la cocina y presenta la evolución de los recipientes, entre ellos el famoso botijo, que tanto le gustaba al director de cine Josep Joan Bigas Luna, porque, con él, «cuando bebes miras al cielo».
En el segundo, el protagonista es la mesa, y en ella el diseño llega de la mano de la cubertería, como la ideada por el restaurante El Bulli, de Ferran Adrià, en colaboración con el diseñador industrial suizo Luki Huber, afincado en España.
En el tercero se rinde homenaje al producto español: el «chupa-chups» -cuyo logo fue diseñado por Salvador Dalí-, la paella, el chocolate y también las tapas, «santo y seña» de la cocina española.
Sus orígenes se remontan a la Edad Media cuando en las tabernas utilizaban una rebanada de pan o de embutido para tapar una jarra y evitaban así que entrasen migas en el recipiente. Sin embargo, el paso de los siglos ha dado lugar a una versión más sofisticada en la que se fusionan diseño y gastronomía.
Para el comisario, la muestra, presentada por Acción Cultural Española, no solo sirve para «divertir e instruir», también puede inspirar a Brasil, «un país rico en gastronomía».
«Brasil es una sociedad con rápida evolución, una gran tradición y con mucho cuidado con el diseño, tiene grandes arquitectos. Esta muestra les va a servir de revulsivo», destacó Capella.
Con motivo de la exposición, la Embajada de España en Brasil lanzará en octubre próximo la «Tapas Week», una semana en la que este «bocado» será ofrecido en diferentes restaurantes de la mayor ciudad del país suramericano.