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Discurso de Gabriel Boric
Lima, 10 sep (EFE).- Un grupo de quince reclusos de siete prisiones de Lima demostraron hoy su sazón y habilidad en los fogones durante la exhibición gastronómica Mistura, que reunió una amplia variedad de platos peruanos y de preparaciones de otros países.
La muestra de comidas, organizada por el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) de Perú, se realizó en la prisión para mujeres del distrito limeño de Chorrillos, anteriormente conocida como Santa Mónica.
Los participantes, tres de la prisión anfitriona y dos de cada uno del resto de penales, elaboraron los platos conforme a las lecciones de cocina recibidas en sus respectivas prisiones.
Entre los platos preparados por los reclusos destacó el ceviche canero, que está elaborado sin ningún tipo de pescado, su ingrediente básico.
También había chancho (cerdo) al palo, anticuchos (brochetas de corazón), arroz con mariscos, sachavaca (tapir) al cilindro e incluso mole, preparado por una reclusa mexicana.
A la degustación acudió la ministra peruana de Cultura, Diana Álvarez-Calderón, el viceministro de Justicia, Alfonso Jesús Garcés, y el director del Inpe, Julio Magán.
Álvarez-Calderón destacó a Efe que en esta exhibición se constató la labor del Inpe por «dar una oportunidad a los internos para que puedan trabajar, ganarse la vida y no volver a delinquir».
«Cocinar es una de las cosas más reconfortantes que puede hacer un ser humano porque saca la habilidad que tiene la persona, y el ingenio para hacer mucho con poco», añadió Álvarez-Calderón.
Julio Magán resaltó a Efe la variedad de platos que tuvo la exhibición al haber sido elaborados por reclusos de diferentes regiones de Perú.
El recluso Luis Antonio Ramírez, internado en la prisión de Piedras Gordas II, en el norte de Lima, explicó a Efe que confía en encontrar trabajo en el sector de la gastronomía cuando dentro de veinte días salga en libertad tras cumplir una condena de siete años y seis meses.
«Me siento feliz cuando cocino. Si me está escuchando (el chef) Gastón Acurio, le pido que me dé la oportunidad de poder trabajar», dijo Ramírez.
El preso preparó para la ocasión sudado de palometa, refresco de cocona, y dulces a base de maracuyá y ají de cocona, frutas típicas de la Amazonía.
La reclusa Carina García lleva cinco años en el penal de Santa Mónica y todavía tiene pendiente de cumplir tres años más de condena, pero indicó a Efe que planea abrir un restaurante cuando le llegue el momento de recuperar su libertad.
La mujer presentó en la exhibición anticuchos, chancho a la piedra, arroz de tres sabores, cecina, chorizo, patarashca y picuro (paca) al cilindro.