sábado, 6 de abril de 2013
Santa Marta, el tour de la favela

Río de Janeiro. Silvina FRYDLEWSKY

¿Qué tiene de interesante visitar una favela de Río de Janeiro? ¿Por qué son diferentes estos barrios pobres de los de otros países? ¿Se puede recomendar esta visita a los turistas? La respuesta, a todas las preguntas, llega después de vivir la experiencia  en primera persona.

Es difícil encontrar en Rio una zona sin favelas. Las estimaciones superan el millar. Se las puede ver desde el Corcovado y el Pan de Azúcar, en Copacabana o Ipanema, junto a las avenidas más concurridas y hasta a metros de playas famosas y hoteles de lujo. Imposible erradicarlas pero sí transformarlas. Dicho de otro modo: Integrarlas al turismo y pacificarlas.

«La pacificación funciona y muy bien», nos dice el guía tras observar cómo se ha incrementado la presencia policial. Se ha mejorado la calidad de vida de los habitantes y la seguridad. Los grandes narcotraficantes abandonaron buena parte de las laderas de estas montañas conocidas como morros. Algunas, ahora, pueden recorrerse a pie sin ningún temor. Los guías son habitantes de estos asentamientos donde las autoridades les han capacitado para organizar un recorrido atractivo y seguro.

Algunas de estas favela acordonan o se levantan a pocos metros de suntuosas propiedades. Es el caso de la de Santa Marta, entre los distritos de Laranjeiras y Botafogo. En este lugar, los habitantes son pobres pero gozan de un privilegio que no tiene los ricos: La mejor vista de la ciudad. Desde allí se aprecia la playa de Copacabana, el Cristo redentor  e incluso el Pan de Azúcar.

El recorrido lo hacemos  junto a otros turistas que se animaron a vivir esta aventura. Los accesos son estrechos y conviene estar atentos para evitar un resbalón. La piedra húmeda y rota es el asfalto. Nos cruzaremos con templos evangélicos e iglesias. La pobreza se consuela con la fe. Los niños juegan al fútbol en una cancha cuidada, mucho más que algunas de sus viviendas. Las madres se ocupan de sus bebés, lavan la ropa, cocinan y observan a los turistas. Son su objeto de atención. Los hombres colocan los tejados de chapa. Hay una carnicería, hay «wi fi», hay ganas de mejorar el futuro y hay en esta favela una Unidad de Policía de Pacificación, la primera de Brasil. Porque Santa Marta fue la experiencia piloto para mostrar al mundo que las cosas se pueden cambiar.

Una sorpresa inesperada en el camino nos colocará frente a una réplica de piedra de Michael Jackson. Aquí, el  rey del pop rodó el video-clip «They Don’t Care About Us». Corría 1996. Catorce años más tarde, en este mismo lugar, Madonna vería con sus propios ojos la misma estatua del malogrado cantante.

Sí, merece la pena visitar una favela.

Jeep Tour: Favela Santa Marta. Ubicada en el corazón de Botafogo, en el morro de Dona Marta.