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Discurso de Gabriel Boric
En Cuba la represión se ha intensificado a la vez que empeoró el clima de libertades. En abril, Carlos Reyes Consuegra (72), sindicalista independiente de la Asociación Sindical Independiente de Cuba, protestó con una huelga de hambre por la violación de sus derechos. Reyes sostuvo que, a finales de enero, las fuerzas del régimen irrumpieron en su domicilio, se llevaron varios equipos, lo encerraron durante varias horas y lo acusaron del delito de “usurpación de funciones públicas”. El sindicalista se ocupa de las reclamaciones de ciudadanos en casos de usurpación de propiedades y de expulsiones laborales injustificadas, ha sido hostigado por la policía política y amenazado con “hasta tres años de prisión”. A Reyes y a otros tres sindicalistas independientes –Ana Carlos Reyes Consuegra, Rosa Ledea Ríos y Alejandro Sánchez Zaldívar– se les impidió la salida del país para asistir en Colombia al Congreso fundacional de la ADS -Alternativa Democrática Sindical de las Américas- celebrado en Bogotá entre el 17 y el 20 de abril.
Pese a todo, cuatro sindicalistas volaron a Bogotá: Maydolis González Blanco, Felipe Carreras, Emilio Alberto Gotardi y Yamilka Mejías. Maydolis estudió en la Universidad de Pinar del Rio, se graduó en Estudios Socioculturales, tiene 31 años y pertenece a la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) y, también, está al frente de la Asociación Sindical Cubana (ASC). Su entrada al sindicalismo fue accidental. Su pareja es activista sindical y ella empezó a involucrarse hasta dejar su trabajo como funcionaria del Estado para dedicarse de lleno a la formación y capacitación de jóvenes y líderes sindicales disidentes.
«Era funcionaria de 8 a 5 de la tarde, después de ese horario era el pueblo, con las mismas dificultades y angustias, vamos a la calle a enfrentar la realidad. Los problemas y la situación económica nos afectan a todos».
La activista se refirió a la situación de Cuba, a las posibilidades y desafíos que enfrentan los movimientos sociales -incluidos los sindicatos independientes- reprimidos como toda la disidencia. ¿La razón? El sindicalismo legal y permitido es el de la CTC -Central de Trabajadores de Cuba así se llama desde 1961- dependiente del PCC -Partido Comunista de Cuba-. Nada puede existir fuera del partido, es contrarevolucionario y, por consiguiente, sujeto de represión. Generalmente las autoridades apuntan a los líderes, por el impacto simbólico y para minar el ánimo y la lucha de la oposición, precisó la sindicalista.
«Los sindicatos independientes no están reconocidos por el Gobierno. No tenemos derecho de asociación. No tenemos libertad sindical. No está reconocido dentro de la legislación ni en la Constitución de la República. Tenemos una lucha larga. Para el Congreso de la ADS veníamos siete compañeros -unos de provincia y otros de La Habana-, a uno no lo dejaron salir de su provincia, una muchacha no llegó nunca al aeropuerto y al vicepresidente de la Asociación lo devolvieron en migración del aeropuerto, con él tuvimos contacto allá, la razón que le dieron fue que tenía restricción para salir del país y que él sabía los motivos».
Clara RIVEROS– ¿Cuál es la situación de los cubanos? ¿Cómo viven?
Maydolis González Blanco.– Estamos alienados políticamente, en pensamiento y en todo, somos robots. La situación de los cubanos es difícil. Uno se pregunta: «¿Cómo hacemos los cubanos?» Y cuando uno sale y ve lo que hay afuera, en los otros países, uno se pregunta: «¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo podemos hacer las cosas?» La mayoría en Cuba quiere irse, los jóvenes solo piensan en cómo salir de ahí, no están pensando en quedarse y hacer que la realidad cambie. Muchas personas quieren el cambio pero otros tienen miedo, muchos se arriesgan y hay quienes apoyan desde afuera y en el anonimato, otros que desde afuera tienen añoranza por su país pero no tuvieron el coraje de quedarse y cambiar las cosas.
Clara RIVEROS– La CTC del Partido Comunista reúne a 18 sindicatos y a casi 3 millones de trabajadores según citan en su página web. ¿Cuántos sindicatos agrupan ustedes?
MGB– En la Asociación Sindical Independiente de Cuba -ASIC- se lograron unir tres sindicatos. No somos la mayoría pero no somos pocos, estamos en cada provincia de Cuba y la mayor parte se concentra en La Habana, tenemos incidencia en muchas personas.
Clara RIVEROS–¿Qué hacen la ASIC -Asociación Sindical Independiente de Cuba- y la ASC -Asociación Sindical Cubana- en esas condiciones de clandestinidad considerando que no tienen derecho de asociación y que están vigilados?
MGB– No puede haber reunión de más de 10 personas. Las actividades son vigiladas. A veces, la persona más importante de la reunión no llega, nos sabotean las actividades. En Cuba existe el trabajo informal -trabajo por cuenta propia- y está desprotegido. La ASIC va a esas personas desprotegidas para orientarles y capacitarlas. La CTC no reconoce nuestro trabajo, nos acusan de ser contrarevolucionarios. Nosotros queremos que nos reconozcan como Asociación porque hacemos un trabajo digno. ¿Por qué las detenciones, las agresiones físicas, verbales, psicológicas, las amenazas, la represión? Peleamos para que al menos se cumplan las leyes cubanas. Analizo las leyes y concluyo que ni siquiera se cumplen esas leyes. Como Asociación tenemos propuestas diferentes pero para alcanzar los cambios primero mostramos que ni siquiera están cumpliendo lo que tienen en sus leyes, el Gobierno viola sus propias leyes. La ASC -que dirijo- es una cátedra de estudios, de pensamiento e ideas para el accionar y la capacitación de los líderes sindicales.
Clara RIVEROS– ¿Los cubanos quieren un cambio de sistema?
MGB– No se puede analizar a Cuba en conjunto con América Latina y el Caribe porque Cuba no encaja ni es comparable con ningún sistema político de América Latina y el Caribe. Nosotros tenemos otra cosa. Cuba está fuera de todos los modelos. Yo nací bajo ese régimen, no conozco otra cosa, no tenemos con que comparar. Solo tenemos un esquema, uno sale de Cuba y ve la realidad pero no todos pueden salir de Cuba. Quiero algo que permita el desarrollo individual, el desarrollo del país, el progreso material. Los cubanos inventan de la nada. El cubano se ríe de sus desgracias, es positivo, es emprendedor pero nos hemos apagado como sociedad. En un modelo supuestamente socialista se ha perdido la humanidad, se piensa en la lucha por la supervivencia y no hay solidaridad. Hay un sector que permanece neutral, no está de acuerdo con el sistema pero no quiere pasar a la disidencia por temor a enfrentar lo que vivimos los opositores.
Clara RIVEROS– ¿Qué significa ser opositor en Cuba?
MGB– Hay represión y también existe un pueblo que está luchando por su liberación. Nos reprimen pero seguimos firmes. Hay que ver cómo ser más efectivos. La oposición debe trascender el momento de la represión y pasar a lo propositivo. Gritando no hemos logrado nada, la disidencia tiene que cambiar las formas. No todos los disidentes somos iguales ni pensamos lo mismo. A la disidencia le falta organización, escucharnos más, respetarnos más, aceptar la diversidad de criterios. Todos nos necesitamos. Todos conformamos el país. El mundo es diverso y a la disidencia le falta escuchar más, que todos dialoguemos con respeto y que nadie sienta que está por encima de los demás o que es imprescindible.
Clara RIVEROS– ¿Qué le diría a los académicos de América Latina que niegan la represión en Cuba e incluso sugieren que es un modelo a imitar?
MGB– Hay unas estructuras creadas en Cuba que no funcionan, una contradicción en los planteamientos y una realidad de represión para la oposición. Se reprime a los más significativos, a los líderes. Tal vez no existe la inseguridad que hay en otros países pero se ejerce violencia de otra forma. El poder es del pueblo pero nada puede existir fuera del Partido Comunista de Cuba porque es ilegal.
Los 27 movimientos sindicales de las Américas reunidos en Bogotá instaron a la Organización Internacional del Trabajo -OIT- a enviar una misión a la isla con el fin de acercarse a la realidad de los sindicatos, además de abordar otras situaciones de la legislación laboral que afecta a los cubanos. Desde ese escenario, la ADS llamó a celebrar elecciones libres en Cuba y apuntaron a la necesidad de apertura política, a la competencia de partidos políticos y a la existencia de sindicatos y otras formas de organización social. CPLATAM